Ella es especial. Tiene esa empatía que no se aprende. Psiquiatra de profesión. Siempre sabe cuándo acercarse, cuándo escuchar, cuándo utilizar una palabra o un silencio.
Es guapa, sí —pero no solo por fuera. Su belleza verdadera está en cómo mira, en cómo entiende, en cómo está siempre cuando se la necesita. Tiene una luz tranquila, de esas que no deslumbran pero iluminan el camino de los demás.
¿Perro verde? —¡¡Claro!! Quizás porque no encaja en lo común, porque tiene algo mágico, auténtico. Pero claro, todos lo somos, cada uno a su manera.
Ella, más que nadie, lo sabe: que ser diferente es lo que nos hace únicos, que todos somos especiales, incluso cuando no nos damos cuenta. Eso, sin duda, da riqueza a la vida.

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